Mis obras
Un camino hacia mi mismo
Siempre quise pintar para expresar aquello que sentía en mi interior y eso provocó que buscara sin cesar la manera más adecuada de plasmarlo. A través de esa búsqueda exploré distintos territorios pictóricos, diferentes técnicas, diferentes temas. Todo me sirvió para enriquecerme de contenidos.
Cada nueva etapa significa para mí un nuevo reto, una nueva manera de ver, una nueva manera de trabajar, de aplicar todos los conocimientos que atesoro y que sin cesar descubro. Esta manera de transmitir mi visión hace que me mantenga ilusionado, que siempre busque y juegue con materiales, que imagine posibilidades, que continúe sin cesar ampliando mis horizontes y todo esto hace que sienta pasión por la pintura.
“Ambientes”.
son esos lugares por donde transitamos, ese ir y venir aparentemente alocado. Los diferentes escenarios que arropan nuestras costumbres. Esa soledad atiborrada de gente. Todos ellos signos de nuestra época .
Me gusta reflejar en estas obras el desvanecimiento que se produce en nuestro fugaz presente que inmediatamente pasa a ser recuerdo y que pretendo reflejar con un difuminado de contornos, con manchas que instantes atrás eran formas precisas. Por ello barro y desdibujo la pintura en fresco y hago que la imagen aparentemente se destruya. Sin embargo siempre queda la impronta, los rasgos en los que se adivinan sus formas primigenias.
“Teñidos”.
Son obras hechas unicamente con un solo color, de tal forma que pintando solo las luces sobre un fondo oscuro podamos identificar aquello que vemos. La realidad teñida. Me gusta ver nuestros entornos como a través de unas gafas de colores, cambiando constantemente de color y dejando que ese color inunde la escena. Lo que más me gusta de esta serie es ver la conjunción de varios de estos cuadros uno junto a otro, creando una retícula ajedrezada y colorista.
“Ventanas”
Trato de mostrar un gran ventanal (siempre de gran formato) a través del cual vemos inundar el paisaje de la multitud de colores del atardecer. Pinto lo que yo veo en esos atardeceres mágicos y trato hacer ver el efecto de la luz del ocaso sobre nosotros. De nuevo momentos fugaces donde la luz es protagonista y el color manda. Suelo colocar metacrilato sobre ellos porque con su juego de reflejos ahonda en la sensación de estar delante de una ventana y refuerza el hecho de estar colocado en un límite, en una frontera, ante un abismo. De este lado la realidad. Del otro la pintura.
"Nuevas ventanas".
En mi última época emulaba la visión de un mundo de luz desde un interior obscuro, al igual que en “la caverna de Platón”.
Ahora traslado la visión de lo que encontramos ya fuera de esa caverna, de ese túnel. La luz deslumbrante nos rodea y deja ver de nuevo, pero más cerca, la realidad de un mundo que antes se intuía y casi se tocaba con la yema de los dedos.
Ahora estamos en medio de la luz y vemos los diáfanos colores de la realidad danzando en nuestro entorno. Se trata de ventanas luminosas que dejan ver franjas de color habitadas.
Cuadrantes de luz que enmarcan figuras en actitudes cotidianas.
Todos ellos, espacios recorridos por paseantes y figuras en movimiento que interactúan en este nuevo mundo.